El pez modelo del cambio climático en la Antártica

HARPAGIFER ANTARTICUS

Harpagifer antarcticus es el nombre científico de un pez que habita en la costa de la Antártica e islas cercanas, y que puede mimetizarse fácilmente entre las rocas y el fondo marino. Aunque carece de importancia comercial, cumple un rol crucial sobre las comunidades de pequeños crustáceos (anfípodos): como depredador, controla sus poblaciones que son muy abundantes en la Antártica.

¿Por qué son importantes?

El pez Harpagifer antarcticus es bastante estudiado debido a que está presente en toda la costa y es importante alimento para otras especies. También es regulador de la población de crustáceos pequeños.

Depredadores

Alimentación

Efectos del cambio climático

Las costas antárticas son ambientes altamente vulnerables donde la temperatura se ha mantenido muy constante a lo largo de millones de años. Estas condiciones ambientales únicas han generado una gran cantidad de especies estenoicas que podrían ser altamente sensibles a futuros escenarios de cambio climático. Los individuos adultos fueron expuestos a una combinación ortogonal de cinco temperaturas (2, 5, 8, 11, 14 C) y tres salinidades (23, 28, 33 psu) durante un período de 10 días.

Distribución

Hace más de 20 millones de años se separó el continente americano de la Antártica. El descenso de las temperaturas hizo que murieran muchos animales y sólo sobrevivieron los nototénidos o bacalaos de hielo, seis de cuyas especies corresponden al género Harpagifer.

Especies en Chile

Hace un millón de años atrás aproximadamente, sería el tiempo en que se separaron las especies de Harpagifer bispinis y Harpagifer antarcticus.

En promedio, el agua de mar superficial de la Península Antártica Occidental se ha calentado casi 1º C en el último medio siglo, y la salinidad ha experimentado fuertes cambios, especialmente en las aguas superficiales costeras.

La Península Antártica ha sido descrita como uno de los ambientes más afectados por el cambio climático en el mundo, el cual puede alterar las interacciones locales y, por ende, el funcionamiento y la estabilidad de los ecosistemas.